La microneedling, realizada por un médico cualificado, es una forma efectiva de mejorar la apariencia de la piel, generando resultados naturales que otros difícilmente notarán. Esta técnica estimula la producción de colágeno, ayudando a mejorar poros grandes, líneas finas, cicatrices y estrías. A diferencia de los dispositivos caseros, los tratamientos médicos utilizan agujas estériles que penetran adecuadamente para producir efectos significativos y de larga duración, sin necesidad de tiempo de recuperación.

Además, el microneedling es accesible para una amplia gama de tonos de piel sin el riesgo de pigmentación que acompaña a tratamientos con láser. Sin embargo, no es adecuado para personas con condiciones inflamatorias activas como acné o herpes labial. Tras el tratamiento, se puede experimentar un enrojecimiento leve que generalmente desaparece en pocos días, permitiendo el retorno casi inmediato a las actividades cotidianas, incluyendo el uso de maquillaje.

En combinación con tratamientos como el plasma rico en plaquetas (PRP), conocido como "facial vampiro", se busca potenciar los efectos rejuvenecedores, aunque aún falta evidencia concluyente sobre su eficacia. Este método, que implica la extracción y reinserción de sangre rica en plaquetas, se explora tanto en dermatología para el rejuvenecimiento cutáneo como en ortopedia para la recuperación rápida de atletas, ofreciendo beneficios potenciales como reducción de arrugas y mejora en la textura de la piel.